Afianzando aprendizajes en la crisis del coronavirus.

La orientadora Cristina Iglesias Álvarez explica en este artículo algunos de los pilares en educación que han demostrado que, cuando están bien construidos, pueden con todo, incluso con la crisis provocada por el coronavirus.

Orientadesdecasa

Fuente de la imagen: Pixabay

Estamos viviendo un momento excepcional, no cabe duda. Algunas personas lo viven como una guerra, como un problema, como un golpe de la vida; otras lo experimentan como un momento de reflexión, un respiro para el planeta, un jaque al consumismo… Lo que está claro, es que es un momento crítico.

En lo que respecta al sistema educativo yo lo percibo como un gran huracán que ha arrasado y nos deja un panorama un poco inquietante, pero muy clarificador: los edificios que han aguantado el huracán es porque estaban construidos sobre estructuras muy sólidas. Desde mi punto de vista, hay 4 pilares que han demostrado que cuando están bien construidos pueden con todo.

1 Plan

Fuente de la imagen: Pexels.

1.- La planificación.

Soy una defensora de la planificación y la evaluación. Soy repetitiva con este tema, porque sigo percibiendo que abunda, lo que para mi es una mala praxis, la costumbre de actuar sin planificar y sin evaluar. Sigue siendo muy frecuente el discurso de que lo importante es actuar y lo demás es una pérdida de tiempo. Esto significa que no hemos asimilado una cuestión vital, que una actuación sólo tiene sentido si hemos hecho una análisis y planteado unos objetivos y que es necesario evaluarla para garantizar su eficacia.

Esto explica que en plena crisis del coronavirus, nos hayamos subido al tren de la improvisación en el mismo instante en el que arrancó. Lo importante es hacer muchas cosas. No sabemos para qué. No sabemos para quién. Pero debemos hacer muchas cosas.

Esta forma de actuar no es inocua. De ella se derivan dos graves consecuencias: la primera; haber llevado el caos y la saturación a las familias y, la segunda; haber abandonado desde el primer momento a la población más vulnerable. Porque no nos engañemos, cuando empezamos a actuar sin pensar, lo hacemos para la ciudadanía estándar, hacemos una propuesta de actividades diseñada para el alumnado que lleva un nivel medio y tiene una capacidad académica media y, en este caso, añadimos que tenga una familia sin preocupaciones mayores, que cuenten  con adultos responsables  que tengan tiempo y capacidad para encargarse de que los niños y las niñas se enteren de lo que tienen que hacer y lo hagan,  que tengan una familia que lea una guía sobre cómo actuar en confinamiento, que tengan conexión a Internet, ordenador e impresora, etc.

Por contra, la planificación incorporada a nuestra práctica diaria, nos hace percibir las incoherencias de esta inercia. El primer fin de semana, ya había algunas personas que cuestionaban las instrucciones iniciales, actos que a mi parecer son admirables y que en ocasiones llegaron incluso a la práctica de una desobediencia responsable[1]. ¿Qué es eso de que tengo que enviar una propuesta de tareas para 15 días?

Lo lógico hubiese sido parar (no pasa nada por una semana sin docencia, ni presencial ni a distancia) y planificar, es decir, pensar, analizar la situación y tomar decisiones sobre cómo actuar a partir de ese momento. Esta parada, esta planificación, nos hubiese permitido pensar en cómo actuar partiendo de la población más vulnerable. Nos hubiésemos dado cuenta de que hay familias que atraviesan situaciones muy complicadas y nos hubiésemos dado cuenta que el bienestar físico y emocional es mucho más importante que lo curricular. Seguro que en la mayoría de los casos se hubiese actuado de otra forma.

Probablemente por vivir en una sociedad hamsterizada[2] todas estas cuestiones las hemos tenido que ir abordando a trancas y barrancas en la arrolladora dinámica de la improvisación.

2 Tutoría

Fuente de la imagen: Pixabay.

2.- La tutoría.

El concepto de tutoría es maravilloso, sin embargo a penas cuenta con legislación ni con recursos para llevarlo a la práctica.

Ser tutor o tutora supone abordar la función educadora en toda su amplitud. Supone abordar el conjunto de procesos que inciden o protagoniza el alumno desde la perspectiva del alumno y a la vez con la visión del educador que conoce las posibilidades y límites pedagógicos del grupo clase, del ciclo, etapa y centro en su conjunto para conformar espacios de aprendizaje y convivencia óptimos para el desarrollo y crecimiento de cada alumno. Consiste en acompañar los procesos de aprendizaje, desarrollo y construcción de personalidad de cada alumno en su individualidad y también como miembro del grupo del que forma parte y con el que conviene que establezca vínculo de pertenencia. Supone tener en consideración las posibilidades y límites de cada familia en relación con la educación de sus hijos e hijas y actuar desde la escuela incidiendo en sus formas educadoras y complementando su tarea. Es una tarea compleja, técnica y también artesana, que requiere preparación específica, atención, capacidad de escucha y comunicación, habilidades comunicativas y sociales y buena disposición. [3]

La tutoría implica que el alumnado y sus familias tienen una persona de referencia en el centro. La tutoría significa conocer en profundidad a tu grupo, a sus familias y las relaciones interpersonales. No resulta fácil de explicar pero todos hemos experimentado la diferencia entre ir a la médica o ir a mi médica. Así como la diferencia entre un maestro y mi maestro.

La suspensión de las clases presenciales ha supuesto una ruptura para muchas familias. Familias que se han quedado sin interlocutor. Familias que pasan a ser receptoras de correos electrónicos, que son como mensajes metidos en botellas y lanzados al mar, y de recetas impersonales y distantes. Este es el resultado de tutorías mal desarrolladas.

En el caso de las buenas tutorías, el profesorado conoce a su grupo y a sus familias. La suspensión de las clases no les convierte en personas distantes que envían correos y cuelgan cosas en Internet, sino que siguen siendo Juan o María o simplemente mi profe. Envían correos sí, pero algunos van personalizados, a otras personas las llama por teléfono, hay a quien habla de leer todos los días, pero también hay a quien le habla de hacer yoga y relajación porque sabe cuáles son las debilidades de cada niño y cada niña.

Lo que antes era una utopía ahora es una necesidad. Los niños y niñas, los padres y madres, que cuentan con este tipo de personas siguen conectados, el resto caen sin solución en la cruel y falaz meritocracia; el profesorado cumple con su función de enviar correos y colgar cosas en Internet si te quedas descolgado es tu responsabilidad.

3 Comunitario

Fuente de la imagen: Pixabay

3.- El enfoque comunitario.

El enfoque comunitario, es otro de esos elementos que cada vez está más presente en el discurso, pero que todavía no sabemos cómo llevar a la práctica. Que bien suena decir “Comunidad educativa” pero, ¿somos realmente una comunidad?

A día de hoy parece bastante claro que nuestra cultura y nuestros modelos sociales conducen más hacia la individualización que hacia la comunidad. Para que la comunidad esté presente hemos de crearla. Incluso en nuestra absurda profesionalización caemos en el error de crear una figura con esta competencia, ¡como si el enfoque comunitario fuera cosa de una persona! Es cierto que en esta situación especial que vivimos de pandemia mundial han surgido muchas iniciativas solidarias, pero también es cierto que hay quien habla de la bunkerización[4] de la sociedad. Hay dos fuerzas en continuo forcejeo y desde la escuela tenemos que tener claro de qué lado estamos y hacer una intervención en consecuencia.

Cuando la comunidad funciona, los grandes problemas de este parón lectivo: el desenganche de la población más vulnerable y la saturación de las familias, se minimizan. Porque cuando hay una red de personas, las TICS, no son el único salvavidas, siempre hay una mano tendida cuando ya se han agotado los botes y los flotadores.

La falta de comunidad genera recursos asépticos en Internet. Que no es que estén mal, pero basta con unos cuantos recursos básicos y pueden ser elaborados por las instituciones. Es decir, no creo que haga falta que cada centro educativo haga su guía sobre cómo transitar el confinamiento, basta con que el ministerio o la consejería publique una guía completa y de calidad. Los centros educativos deberían funcionar con un grado más de proximidad. No se trata ya de hacer guías sino de hacer de nexo con las familias, acercar los recursos, personalizar las informaciones generales o en definitiva, acompañar.

4 Evaluación

Fuente de la imagen: Pixabay

4.- La evaluación.

La evaluación es un proceso continuo que sirve de diagnóstico. Su propósito es proporcionar día a día información a los profesores sobre las capacidades de los alumnos en ciertas áreas, sus intereses y sus perfiles como aprendices. (…) no es algo que viene al final de la unidad para averiguar lo que han aprendido los alumnos; la evaluación es, más bien, el método del que disponemos hoy para comprender en qué vamos a modificar la instrucción mañana.[5]

La evaluación entendida de esta forma se convierte en otro salvavidas de esta situación. Gracias a ella hemos sistematizado conocimiento acerca de los procesos de aprendizaje de nuestro alumnado y hemos ido marcando la ruta a seguir basándonos en él. En este momento inesperado y genuino nadie sabe cómo actuar, pero si tienes incorporada esta forma de evaluar tienes las herramientas para dar continuidad a tu trabajo de forma lógica, coherente y fundamentada. Tienes luces que iluminan el camino y señales que te indican lo que hacer.

Por contra, la forma de evaluar tradicional te deja completamente a oscuras. No sabes qué hacer y es muy probable que tampoco sepas muy bien que has hecho. La evaluación reducida a una simple calificación, a una nota que introduces en un programa e imprimes en un boletín, nunca ha tenido mucho sentido, pero ahora es más visible que nunca su gran absurdez y por eso las instrucciones sobre la evaluación del segundo trimestre han generado tantas y tantas dudas.

 

Cristina_Iglesias_-_Foto_Perfil

Cristina Iglesias Álvarez

Orientadora educativa en Asturias

Perfil: https://www.linkedin.com/in/cristina-iglesias-574548111

Blog: http://ideandamos.blogspot.com/ (Formo parte de la Asociación Ideando)

 

Notas a pie de página del artículo:

[1] Desobediencia responsable entendida como una desobediencia civil a menor escala.

[2] Término tomado del escritor Carlos Skliar

[3] Giner, A. y Puigardeu, O. 2008: “La tutoría y el tutor. Estrategias para su práctica. ICE/HORSORI Universitat de Barcelona. Barcelona. En el prólogo de Miquel Martínez Martín.

[4] Como Lionel S. Delgado en el artículo “¿Inmunizar la sociedad? El covid19 y el fascismo comunitario https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/inmunizar-sociedad-covid19-fascismo-balcon-comunitario

[5] Tomlinson, C.A. 2008: “El aula diversificada”. Editorial Octaedro. Barcelona

6 comentarios en “Afianzando aprendizajes en la crisis del coronavirus.

  1. Totalmente de acuerdo en la importancia de esos pilares. Coincido especialmente en la necesidad de parar, hay que ver cómo nos cuesta! Incluso en una situación que nos está demandando explícitamente que lo hagamos, no fuimos capaces, como dices, de hacerlo siquiera las primeras semanas o días. Y a mi juicio tiene relación directa con la importancia de evaluar los procesos y el poco tiempo que dedicamos a ello, al menos un servidor, precisamente por esa incapacidad de parar. No se puede evaluar algo si no es a través de la observación sosegada y la toma de conciencia, y esto resulta difícil dada la presión y las prisas con las que habitualmente nos manejamos.
    Un saludo, Cristina!

    Me gusta

  2. Maravilloso poder desentrañar estos pilares desenmascarar lo que realmente hacemos para dar sentido a un sin sentido mirando desde arriba sin conocer la verdadera razón de nuestra profesión que sería estar al lado de los alumnos y alumnas y esta pamdemia nos daba la oportunidad de disfrutar de sus vidas desde nuestra casa y con la tecnología de poder vernos y saber en realidad qué alumnado tenemos dónde viven y con quién y lo que necesitan y después ya empezar a organizar la respuesta. Sobre la base de sus realidades… Gracias Cristina eres una gran voz de mis pensamientos y de los pensamientos de muchos profesionales que realmente creemos en nuestro trabajo y en el amor hacia la base de la educación que son ellos y ellas. Nuestros héroes del mañana. Gracias por escribirlo y ofrecer esta visión de la sociedad. Maria Fdez. Orientadora.

    Me gusta

  3. Me ha gustado mucho tu artículo.Me alegro mucho de esta nueva generación de Orientadoras/ es en Asturias estoy de acuerdo en la planificación y en la organización de nuestro trabajo.En estos días intenté rescatar un blog que había iniciado en el 2012…y escribí.. y escribí borradores..pero cada día había varias publicaciones mejores que mis borradores…En estos 50 días me he actualizado en teams, móviles… con vosotros…aunque al final tiré de teléfono con las familias más vulnerables y con mis compañeros…teams/ videollamada grupos de whatsapp…bueno hemos aprendido mucho esta generación del 60 ( lo digo por mí,,).Gracias a todos por vuestro entusiasmo y materiales.

    Me gusta

  4. Pingback: ¿Cómo será la Orientación Educativa “en la nueva normalidad”? Recopilamos las entradas de Colectivo Orienta durante el curso 2019/20. | Colectivo Orienta

Deja un comentario