¿A qué nos dedicamos en orientación educativa?

Hace un tiempo, Claudio Castilla resumía algunos roles asumidos por orientadoras y orientadores educativos:

«En nuestro viaje hemos ido transformando la visión y rol del orientador en los centros educativos: el pakistaní, el psicólogo o “loquero”, el llanero solitario, el superhéroe, el “tonto de la bandera” (vs abanderado), el orientador elástico, el bombero o apaga-fuegos, el francotirador, el coordinador, solucionador de problemas, el “mago sin magia, el asesor, el aliado, el catalizador, el dinamizador, el curador de contenidos…»  (Claudio Castilla, 24-10-2015).

Las redes sociales nos muestran con frecuencia ejemplos del camino que nos queda por recorrer, como en las respuestas a este hilo abierto por @maestradepueblo en Twitter:

la desorientadora

Con este artículo queremos lanzar el reto de explicar lo que hacemos en orientación. Esta entrada recoge algunas visiones de Juan de Vicente Abad, Ernesto Gutiérrez-Crespo y José Marcos Resola, las estupendas viñetas de Héctor Palazón y dos textos de Ana Torres Jack y de Mábel Villaescusa que resumen perfectamente gran parte de nuestro trabajo.

orientación roles del orientador

Viñeta de Héctor Palazón, orientador

«Un orientador o una orientadora se dedica a mejorar la calidad de un centro educativo. Esa calidad viene definida por la capacidad de esa institución para dar las mejores respuestas educativas a todo su alumnado, permitiendo que cada persona alcance su máximo potencial de aprendizaje (excelencia) sin que sus condiciones previas sociales, personales o del tipo que sean le impidan ese progreso (equidad). Las personas que nos dedicamos a la orientación trabajamos para conseguir ese objetivo acompañando al profesorado, a las familias y al alumnado y utilizamos numerosos recursos en esa labor de facilitación. Nuestro trabajo es complejo y difícil aunque puede generar mucha satisfacción.»

Juan de Vicente Abad, orientador en el IES Miguel Catalán de Coslada (Madrid).

orientación bomberos

Viñeta de Héctor Palazón, orientador

No somos llaneros solitarios, por Ana Torres Jack.

“El loquero”, decían al principio algunos estudiantes; “el paquistaní” o “paquestaquí”, bromeaban unos cuantos profesores; “¡el psicólogo quiere hablar conmigo!”, se atemorizaba más de una madre. Han pasado poco más de dos décadas desde que los orientadores se empezaron a colar de manera generalizada en los centros educativos y, aunque queda mucho por conseguir, al menos hoy es el día en que alumnos, profesores y familias conciben a los Departamentos de Orientación como parte de la vida diaria del centro, y no como un servicio excepcional ni mucho menos peligroso.

Pero empecemos por hacernos una pregunta fundamental que no todo el mundo sabría responder: ¿quiénes son los orientadores educativos? Pues, en pocas palabras, son unos profesionales -por lo general licenciados en psicología, pedagogía o psicopedagogía- que desarrollan su trabajo en todo el territorio español desde los Departamentos de Orientación de los centros educativos. A estos servicios también pertenecen los profesores de apoyo (especialistas en Pedagogía Terapéutica o Audición y Lenguaje) y otros profesionales, como los PTSC (profesores técnicos de Servicios a la Comunidad) y FOL (especialistas en Formación y Orientación laboral).

La segunda cuestión que se plantea es: ¿para qué valen los orientadores? Antes de responder, hay que recordar que la orientación no es un invento de estos últimos años: es casi tan antigua como la propia actividad docente (el profesor siempre desempeñó el papel de tutor, asesor y orientador de sus alumnos). Por eso, lo que en realidad ha cambiado en los últimos tiempos ha sido la concepción del término: ahora se entiende la orientación educativa y profesional como un derecho que tienen todos los alumnos, y no sólo los problemáticos.

Además, esta función se concibe como una tarea compartida en la que participan profesores, tutores y familia; sería absurdo pensar que es sólo responsabilidad de un orientador o psicólogo con dotes de mago capaz de solucionar todos los problemas. A estas alturas sabemos que los “llaneros solitarios” sólo triunfan en las historias de ficción: para enfrentarse a las dificultades escolares cotidianas se necesita la participación y el esfuerzo de todos los implicados.

Así es que, en la práctica, la responsabilidad de la orientación es de:

  1. Los profesores, a los que se considera el primer nivel de orientación.
  2. Los tutores, como responsables más directos de un grupo de alumnos.
  3. Los Departamentos de Orientación, que aportan asesoramiento, apoyo técnico y actuaciones directas.
  4. Los Equipos de Orientación Específicos, externos a los centros, que ofrecen apoyo especializado.

Entonces, ¿podemos responder ya para qué valen estos servicios? Pues sí, y en cinco puntos. Los Departamentos de Orientación sirven para:

  1. Ayudar a personalizar la educación.
  2. Ajustar la intervención educativa a las necesidades particulares de cada alumno.
  3. Favorecer el autoconocimiento, la madurez personal y el desarrollo de la propia identidad.
  4. Dinamizar la relación entre profesores, alumnos y familia y entre todos ellos y el entorno.
  5. Prevenir las dificultades de aprendizaje y de adaptación.

Este último punto es especialmente importante ya que hasta hace poco tiempo se consideraba la orientación como un servicio terapéutico dirigido a los mal llamados “chicos-problema”, olvidando el contexto y el ambiente que los generaba. Hoy en día la orientación pretende adelantarse a la aparición de las dificultades con la puesta en marcha de programas preventivos, como los de educación sexual, resolución de conflictos interpersonales, igualdad de género, prevención de drogodependencias, práctica de habilidades sociales o técnicas de trabajo intelectual, fundamentales en la lucha contra el fracaso escolar o la violencia entre iguales, por citar sólo dos ejemplos.

Y éstos son los ocho principios de la orientación, que encierran toda una filosofía educativa:

  1. La orientación forma parte del sistema educativo y de la vida diaria del centro: no es un servicio excepcional.
  2. Atiende a la persona como unidad, con sus características, limitaciones y potencialidades únicas.
  3. Es un proceso continuo a lo largo de toda la escolarización, no sólo en el último curso o cuando aparecen los problemas.
  4. Se dirige a todos los alumnos, y no sólo a los que tienen dificultades.
  5. No es responsabilidad de un único “superman” o “superwoman” sino que se realiza en equipo: tutores, profesores, padres y servicios especializados deben colaborar.
  6. Dinamiza la imprescindible cooperación entre la familia y el centro escolar.
  7. Es un proceso unitario que se desarrolla en tres vertientes: escolar, profesional y personal.
  8. Su gran ambición es ésta: capacitar al alumno para su propia autoorientación.

En definitiva, ¿cuándo se puede pedir ayuda al orientador?:

  • Si eres padre: cuando quieras información, asesoramiento o aclarar cualquier duda acerca de la educación de tu hijo.
  • Si eres profesor: para solicitar la valoración de un alumno, para ayudar a preparar las tutorías o para organizar charlas de orientación profesional, por ejemplo.
  • Si eres alumno: cuando veas que no rindes lo suficiente; cuando quieras información sobre estudios, salidas laborales o notas de corte; cuando sientas que los nervios te trastornan; cuando quieras que te ayuden a solucionar determinados problemas personales o de relación con tus compañeros; cuando necesites una técnica de relajación; cuando te encuentres desanimado…

Ana Torres Jack

Ana Torres Jack,

orientadora y autora en la «Escuela de Padres»

de La Voz de Galicia.

Nota de los Editores: Ana Torres Jack actualiza a 2019 para Colectivo Orienta un texto de referencia que publicó en 2006 en La Voz de la Escuela.

orientación cita en mates

Viñeta de Héctor Palazón, orientador

«Un orientador se dedica a muchas tareas, quizás demasiadas, con escaso reconocimiento por parte de la administración educativa: ayudamos al alumnado a elegir estudios, a facilitar su integración en el aula y el centro, trabajamos por la inclusión educativa de todo el alumnado, ayudamos a los tutores y tutoras en su función, asesoramos también a familias y profesorado, impulsamos proyectos de innovación educativa en los centros… De todas esas funciones me quedo con la atención al alumnado. Me gusta lo que hago. Soy afortunado.»

Ernesto Gutiérrez-Crespo, orientador del Centro Integrado de FP Elorrieta-Erreka Mari de Bilbao. Profesor colaborador de la Universidad Deusto.

Cómic - Las funciones del orientador - Héctor Palazón 2018

Viñeta de Héctor Palazón, orientador

Adaptando la manera de orientar desde una intervención sociopsicopedagógica, por Mábel Villaescusa.

La orientación educativa tiene como objetivo contribuir a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje de todo el alumnado. No es un trabajo que pueda hacerse en solitario, necesitamos la participación de toda la comunidad educativa y contar también con los recursos del entorno.

Las personas que nos dedicamos a la orientación trabajamos desde una perspectiva fundamentalmente preventiva, colaborando con los centros educativos a crear un buen clima de convivencia y oportunidades de aprendizaje para todo el alumnado, prestando especial atención a los momentos de mayor vulnerabilidad, como son las transiciones entre etapas, y, por supuesto, al alumnado que por distintas circunstancias pueda encontrar barreras que impidan o dificulten su progreso académico. Y lo hacemos trabajando para hacer más accesibles los aprendizajes y contando con los aspectos emocionales, de forma que todos puedan alcanzar el máximo logro teniendo en cuenta sus capacidades e intereses.

La intervención sociopsicopedagógica, que es como se suele denominar al conjunto de tareas técnicas a las que nos dedicamos orientadoras y orientadores en los centros educativos, abarca distintos ámbitos. Generalmente, planificamos nuestro trabajo en tres áreas: la acción tutorial, la orientación académica y profesional y el apoyo a los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Aunque las áreas de trabajo sigan siendo las mismas, nuestra forma de abordarlas ha ido cambiando a lo largo del tiempo para adaptarse a los cambios que se están produciendo en el entorno de nuestro alumnado, en nuestros sistemas educativos y en nuestros centros:

  • nuestra mirada ya no está centrada únicamente en el alumnado sino que observamos su entorno escolar y social para buscar facilitadores para su participación y aprendizaje,
  • consideramos la evaluación no como el final de un proceso, sino como el principio de la intervención,
  • ya no imaginamos nuestro trabajo sin la colaboración del equipo docente, ni de las familias, nuestro departamento se ha expandido más allá del despacho y de los límites físicos a otros espacios virtuales,
  • entendemos que nuestra aportación es necesaria para construir entre todos centros acogedores que valoren la diversidad,
  • consideramos nuestro trabajo de una forma más global e integrada en los centros promoviendo la participación de toda la comunidad educativa,
  • pensamos que nuestro papel no es dar soluciones, como si fueran recetas, sino colaborar en la búsqueda de soluciones y acompañar en la resolución de los problemas

Si el contexto social y educativo de nuestro alumnado cambia, debemos adaptar la manera de orientar, porque, en definitiva, la orientación está al servicio de la escuela para responder lo más ampliamente posible al desarrollo de todo el alumnado y abrir posibilidades para su futuro.

Mábel Villaescusa

Mábel Villaescusa,

Orientadora educativa

y directora del CEFIRE Educación Inclusiva

 

«Un orientador/una orientadora se dedica a que su alumnado quiera aprender, ilusionando a sus profesorado sobre otra forma enseñar, proyectando miradas, trazando caminos de futuro en el alumnado y colaborando en el proceso educativo de su familia.»

José Marcos Resola, orientador del IES Sierra Mágina, Mancha Real (Jaén).

se están organizando - orientadores

Viñeta de Héctor Palazón, orientador

Puedes aportar tu visión de la orientación en un comentario.

 

Para citar este artículo:

Torres Jack, A., Villaescusa Alejo, M.I., Castilla Romero, C., De Vicente Abad, J., Gutiérrez-Crespo, E., Resola, J.M., y Palazón, H. (2019). ¿A qué nos dedicamos en orientación educativa? Recuperado el 21 de enero de 2019 de: https://colectivorienta.wordpress.com/2019/01/21/a-que-nos-dedicamos-en-orientacion-educativa/

19 comentarios en “¿A qué nos dedicamos en orientación educativa?

  1. Fui orientador, con perspectiva global pues ejercí en TODOS los niveles del sistema.
    La extraordinaria labor que ejercen los orientadores, carece de una acción (a mi modo de ver): denunciar y/o puentear a las administraciones y de común acuerdo de todo el colectivo, pues tendría una fuerza insuperable.
    Solo algunos puntos inadmisibles en el sistema (a mi modo de ver): Hasta los seis años es etapa educativa, no escolar que sienta y encierra el libre aprendizaje natural, espontáneo, creativo y acompañado de los niños. La «escuela inclusiva» está excluyendo al 25 – 30 % de los españoles a lo largo del proceso, pero con base excluyente para la mayoría en las primeras etapas del sistema; y ello por no establecer bases firmes y no abordar desde los primeros síntomas las dificultades de muchos niños; sin duda de ese porcentaje solo es aceptable un máximo de 5% de alumnos incapaces o incapacitados en el proceso; el 20-25% restante son sujetos normales o incluso bien dotados.
    El fracaso y abandono no se produce, en general, en la ESO, sino a lo largo del proceso y con principio en Infantil para la inmensa mayoría de los fracasos y abandonos. La escuela infantil, que tiene excelentes profesionales, es un fiasco porque se hace lo contrario de lo que a esas edades necesitan los niños y no se hace la prevención de dificultades, más bien se crean muchas por desajustes en relación con madurez y habilitación para aprender lo escolar (o sea lo convencional).
    Hay mucho más, pero basta por hoy.

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  2. Pingback: ¿A qué nos dedicamos en orientación educativa? |

  3. Orientación Educativa: desconocida, menospreciada, desprestigiada, criticada, denostada … son adjetivos frecuentes cuando se hace mención de ella, algunas veces justificados por nuestra inoperancia o falta de rigor. Esta entrada resume perfectamente gran parte de nuestro trabajo.

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  4. El servicio orientación debe de ser un conjunto profesionales de ayuda que desarrolle terapias 3ª generación desde las Pedagogías del Siglo XXI conectados con el entorno para toda la comunidad educativa. Un motor cambio e innovación. Gracias Colectivo Orienta

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  5. Ais… «Pakistanís», «loqueros», «rascabarrigas», «el funcionario modelo», «el desorientado». Yo al final creo que somos los «incomprendidos» xq podemos tener nuestras ideas, nuestras ganas de hacer, nuestros propósitos pero al final, muchas veces, tenemos que tirar contra lo que queremos porque somos EL EJE DE LA CONCORDIA de los colegios y vale más mantener ciertas situaciones antes que cambiar pequeñas cosas de repente. Cuando un orientador/a no trabaja se nota, y mucho. Hay que empatizar con el alumnado, con las familias pero eh! también con los compañeros y compañeras.

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  6. Yo no me siento para nada pakistaní, porque cuando falto mi teléfono suena y siempre para pedir ayuda. Pero me gratifica sentirme útil a mis compañeros, aquellos con vocación y con ganas de aprender, no a aquellos que quieren evadir sus responsabilidades. Me gratifica que unos padres me pidan opinión, que mi director o directora confíe en mí y en mí criterio y que los alumnos y alumnas soliciten mi ayuda cuanto tienen un problema. Con eso me basta y me sobra. Cuando me dicen que bien vivo y que bien estoy en mi despacho le contesto siempre igual: vivo como dios me encanta mi trabajo y ojalá te gustara el tuyo como a mí el mío.

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  7. Qué fácil desprestigiar con un comentario tan simple en redes sociales como el de @maestradepueblo a un colectivo que intenta luchar por la justicia social…
    cuando diariamente nos encontramos con situaciones que inclinan a seguir manteniendo un modelo de escuela que va en contra de los derechos de los niños y las niñas, que sigue sosteniéndose, en muchas ocasiones por las actitudes y metodologías que muchos docentes se obstinan en mantener, con los que nos toca lidiar a diario para responder a las necesidades que nos plantea todo el alumnado, que no solo son educativas, sino también emocionales, sociales. Pero claro… solo se ve de ellos que ralentizan el «normal» funcionamiento de la clase… y no se quiere ver la mochila que cargan a sus espaldas, y que a veces ni nosotros como adultos podríamos soportar.

    Falta de recursos lo llaman unos.. no querer salir de la zona de confort lo llamo yo. Es más fácil delegar en los demás los problemas que nos plantea la enseñanza.. y el aprendizaje.. que coger las riendas de la situación y actuar como orientamos algun@s.

    Todavía no tenemos la varita mágica.. pero sí muchas ganas de actuar conjuntamente y en colaboración estrecha con el equipo docente que crea firmemente en que la orientación a la comunidad educativa es cosa de todos y todas.

    Y yo me pregunto: ¿en qué bando estás, en el de los que se quejan y encima no hacen nada o en los que se dejan asesorar y buscan con ayuda la calidad y la equidad en la enseñanza?

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  8. Tenemos una labor importantísima para l@s alumn@s, l@s profes y nosotros mismos. Quien todavía no lo ha entendido es la administración que nos satura con montañas de burocracia. Hasta que eso no se solucione, seguiremos apagando fuegos. Y seguiremos encantados de ser bomberos.

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  9. La pena es que contéis con muy pocos orientadores por ratio de alumnos y que desgraciadamente nos encontremos con unos pocos que realmente puedan ayudar al alumno. Es una pena, para mí, si pudieran cumplir con su función, muchos problemas de detección de necesidades especiales a tiempo se acabarían. Por ejemplo.

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    • Centro de 640 alumn@s. Bachillerato a 1, 2km ( desplazados por obras). Y yo me preguntaba entre uno y dos, está el 1 y medio. Aunque sólo fuera por los desplazamientos. No hubo manera.

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      • Yo he estado así varios años después del terremoto en Lorca en un centro con casi 1.200 alumnos. Ahora sigo así.

        Si hacemos cuentas me sale en un curso 1 hora de dedicación para cada alumno (con el alumno o sus padres o sus profes o cualquier papeleo). Imposible.

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  10. Vuestra labor puede ayudar a muchas personas o hundir a muchos alumnos, familias etc… Yo soy profe, y he tenido orientadores maravillosos y nefastos. La repercusión de vuestro trabajo es brutal en los dos sentidos. Mis felicitaciones a todos los que lo hacéis bien.

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  11. Desde otras latitudes, en 🇨🇴 trabajamos con mucho amor y dedicación también, con avances en los últimos años que nos ayudan a mejorar nuestra tarea. Cada vez con mayor certeza del trabajo en equipo y de prevención antes que intervención y aún con muchas dudas frente a la función y el rol que suele ser diverso

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  12. En un centro con 1300 alumnos, E.S.O, Bach, Ciclos de FP y PFP especial. Sola como orientadora y con docencia en 2°de Bach con la optativa de Psicología.
    La respuesta a la sugerencia de tener un orientador más es «que las horas de orientación dan mucho juego» sigo sin entenderlo…
    Bajo los comentarios no afortunados hacia nuestra labor se cubren muchas cosas: falta de conocimiento e interés por tenerlo sobre nuestras funciones, docentes que se niegan a adaptar o cambiar su forma de trabajar a pesar de saber que todos los alumnos no son iguales y por eso nos ven como una amenaza en lugar de como un apoyo, frustraciones que hay que pagar con alguien y ahí estamos nosotros (a veces digo que mi departamento es el departamento de la descarga) para aguantar lo que cada uno tenga que soltar, y un largo etc…
    A pesar de todo esto, me quedo con los compañeros, alumnos y padres que entran buscando asesoramiento y se dejan asesorar.
    Queda mucho por cambiar…

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  13. Pingback: Feliz verano: echando un vistazo al curso 2018/19 en el blog Colectivo Orienta. | Colectivo Orienta

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