¿Es la tutoría individualizada un buen recurso pedagógico?

Daniel Veiga es uno de los pioneros en lo que él llamó «blogorientación«. Actualmente es Director y Orientador del IES García Barbón (Verín, Ourense) y junto a Mª Carmen Berenguer y Raquel Parada están desarrollando en su centro una herramienta (o más bien dinámica) cada vez más necesitada en los centros educativos de secundaria: la tutoría individualizada, aunque con algunos matices distintivos.

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Imagen de Jairoagua en Flickr.

Una de las medidas de intervención pedagógica que hemos potenciado desde el Departamento de Orientación del IES García Barbón de Verín (Ourense) tiene relación con la puesta  en marcha de un programa de tutorías individualizadas a lo largo del curso escolar como complemento del trabajo del tutor/a y contando con la colaboración de profesorado que imparte en el grupo de estudiantes al que pertenece el tutorizado.

La orientación educativa tiene en la tutoría uno de los pilares de actuación más interesantes  y posiblemente más efectivos (a nivel personal y académico) pero una buena parte del trabajo recae (casi siempre) en la figura del tutor/a. Por eso, entre otras razones, consideramos pertinente potenciar de manera decidida y planificada un programa de tutorías individualizadas que ayude (apoyo personal) y oriente (apoyo académico) al estudiante. Complementariamente, tal trabajo de tutoría individualizada debe fomentar el diálogo (la utilización de la palabra nos construye como persona, tal como explica Antonio Esquivias), la escucha activa y el compromiso del alumno/a para llevar adelante las actividades propuestas.

El modelo de tutoría individualizada más habitual tiene lugar entre el estudiante y el orientador/a. El enfoque inicial de las preguntas es general (situación académica, resultados obtenidos, dificultades principales, etc) y, a medida que se desarrolla la entrevista (teniendo en cuenta las respuestas del adolescente) procuramos una síntesis que nos permita concretar en la potenciación de los factores favorables y en la mejora de las cuestiones que detectamos con mayor nivel de dificultad. En esta dinámica de diálogo, que habitualmente es colaborativa, aparecen pensamientos y excusas que intentamos trabajar (véase, por ejemplo, el trabajo de Jesús Sánchez-Camacho).

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Imagen de WordltOut.

Durante el curso 2015/2016 hemos propuesto un modelo de tutoría individualizado en el que intervienen otros profesionales (uno o dos) lo que abre nuevas posibilidades de intervención pedagógica y refuerza la labor tutorial. El esquema de intervención con el estudiante es similar al comentado, pero se incrementa el énfasis sobre la materia en la que el alumnado tiene más dificultad. En concreto, se realiza un diagnóstico de su trabajo y dificultades en el área y se proponen medidas específicas para ayudar y orientar al adolescente en el ámbito académico. Paralelamente, esta intervención hace ver al alumno que existe una preocupación por su situación académica y personal actual, así como por ayudarle a enfocar su futuro académico.

La evaluación por parte del alumnado de las tareas de tutoría individualizada (que realizamos durante el curso 2015/2016) muestran un alto nivel de satisfacción por parte de la mayoría del alumnado (más del 90%).

La valoración por parte del orientador y el profesorado que colabora en las tutorías individualizadas es muy positiva. Cabe matizar que tal estimación no afecta de la misma manera (o en la misma medida) a los distintos aspectos considerados: cabe apuntar un incremento relativo de la motivación y del desarrollo emocional y un logro discreto en el ámbito del rendimiento académico.

En definitiva, consideramos que el diálogo con los adolescentes mediante el uso de la tutoría individualizada incrementa el logro de habilidades emocionales y favorece a medio plazo su rendimiento académico.

Daniel Veiga Martínez.

María del Carmen Berenguer Ortuño.

Raquel Parada Nuñez.

IES GARCÍA BARBÓN.

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